
Aquí están mis tres retoños de éste mes, los dos quesos de atrás son de leche de oveja, el blanquito que está delante es de cabra. Tenía otro de cabra pero ha sido abrirlo y desaparecer, tenía sólo unos días de curación y estaba especial (que diría mi santo). Este que queda lo hemos dejado curar unos días más y ha ganado en sal y ha perdido en textura. De esto aprendemos que el queso de cabra está mejor fresco.
En cuanto a los de oveja (son de leche cruda) están perfectos, ya he dominado el salado y son realmete buenos. Los hemos curado en una nevera de camping en el patio de modo rudimentario pero efectivo. El lunes me voy a comprar una nevera para incrementar la producción ahora que tengo un pastor al lado de casa que me vende la leche recién ordeñadita.

El pan es de mi santo, que se ha convertido en experto panadero, haber si se pone a hacer un muestrario para que lo veáis.